Documento de posición de la fith para la conferencia internacional del trabajo 2023

La Conferencia Internacional del Trabajo llevará adelante el próximo mes de junio un debate general sobre una “transición justa”, un tema presentado por el sector laboral a fin de ubicar los derechos del trabajo en un plano central cuando se aborda el cambio ambiental y sus efectos sobre la economía y el mundo. El movimiento hacia formas más verdes de producir y de vivir debe estar acompañado de nuestras principales demandas sobre trabajo decente.

La FITH cree firmemente que la justicia ambiental es un asunto laboral y que las trabajadoras del hogar son parte de la Transición Justa. Más específicamente, el cambio climático no solo afecta la pérdida de biodiversidad, la deforestación y el uso de la tierra sino también a sectores laborales completos en los que actúa como un catalizador de precariedades ya existentes y pone en peligro a las trabajadoras del hogar al exponerlas a riesgos para su salud. Muchas trabajadoras del hogar solían trabajar la tierra como campesinas y sufrieron el efecto de la contaminación de nuestras tierras y ríos y de un ecosistema debilitado que no parece poder reducir el surgimiento de nuevos virus. Por un lado, las trabajadoras del hogar se ven afectadas de manera desproporcionada:provienen de raíces agrícolas, viven en condiciones insalubres y de hacinamiento y no tienen acceso a protección social. Por otro lado, son los agentes de la transición,ya que manejan los residuos dentro de los hogares y racionan los alimentos en épocas de escasez, entre tantas otras formas en las que luchan en sus tareas diarias.

Una transición justa presenta oportunidades para lograr los cuatro pilares de la Agenda de Trabajo Decente (diálogo social, protección social, derechos en el ámbito de trabajo y empleo), que son componentes indispensables de un desarrollo sostenible. Una transición justa significa hacer más verde nuestra economía de una manera justa e inclusiva para todas las partes involucradas, crear oportunidades de trabajo decente y no dejar a nadie atrás. Nuestro movimiento se rehúsa a ser dejado atrás. Las trabajadoras del hogar se encuentran en el corazón de la Transición Justa.

Es por ello, que la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar (FITH) exhorta a todos los hacedores de políticas y a todas las partes interesadas a que:

Reconozcan las contribuciones de las trabajadoras del hogar y hagan cumplir sus derechos

El enfoque de una transición justa debe reconocer el enorme aporte de las trabajadoras del hogar y garantizarles políticas coherentes e integrales que respeten, promuevan y cumplan con el Convenio 189 y sus principios fundamentales al mismo tiempo que fomenten la creación de más puestos de trabajo decente para las trabajadoras del hogar.

No existe una solución “que se adapte a todos los moldes”. Las políticas y los programas deben estar diseñados según las condiciones específicas de cada sector económico. A medida que la economía transiciona hacia un modelo más sostenible, es importante asegurarnos de que las trabajadoras del hogar reciban salarios justos, y tengan acceso a protección social y a condiciones dignas de trabajo.

Promuevan el diálogo social y el tripartismo: ¡nada para nosotras sin nosotras!

El diálogo social con todos los actores involucrados es esencial para una transición justa. La participación y la representación de las trabajadoras del hogar – como en las negociaciones colectivas, por ejemplo – asegurarán mejores salarios y condiciones de trabajo y brindarán un apoyo clave en el desarrollo de políticas de perfeccionamiento y redistribución. Este diálogo social debe tener perspectiva de género e integrar a todas las personas dentro de nuestra sociedad, debe generar sostenibilidad social, económica y ambiental junto con trabajo decente e inclusión social para las trabajadoras del hogar.

Incluyan programas de protección social para las TH en los nuevos marcos de políticas

La crisis de COVID-19 puso de relieve la falta de acceso a la protección social de las trabajadoras del hogar, y exacerbó su pobreza y sus desigualdades. Así, frente a la crisis climática, es clave identificar y comprender los nuevos desafíos y formular medidas de protección social adecuadas e innovadoras que protejan los beneficios existentes y tengan en cuenta las necesidades sociales emergentes. Las trabajadoras del hogar deben contar con medidas de protección social específicas tales como seguro de desempleo, prestaciones de salud, jubilaciones y pensiones, así como acceso a servicios básicos (energía, transporte, vivienda, etc.). Además, los servicios eficientes de cuidado y la protección social transformadora de género hacen posible que más trabajadoras del hogar participen en la economía formal y sean parte del trabajo decente, mientras que ayudan a promover el empleo y aumentan el poder de negociación de las mujeres. Asimismo, los gobiernos deben asegurar la portabilidad de los derechos a la protección social en situaciones de desplazamientos transfronterizos, que incluyen aquellos que se deban a la transición a economías ambientalmente sostenibles y los efectos del cambio climático.

Implementen estándares adecuados de Salud y Seguridad Ocupacional

Los gobiernos, en consulta con los sindicatos y otros actores sociales, deben mapear los riesgos de Salud y Seguridad Ocupacional que sean nuevos o que hayan aumentado en nuestro sector como consecuencia del cambio climático, e implementar medidas y estándares de protección y prevención adecuados. En este sentido, las inspecciones para monitorear el cumplimiento son de gran importancia. Los gobiernos deben emitir las reglamentaciones correspondientes y alentar a las empresas a reducir, minimizar y, siempre que sea posible, eliminar los productos químicos peligrosos que las trabajadoras del hogar suelen utilizar para realizar sus tareas. También deben considerar cómo la Salud y Seguridad Ocupacional afecta la informalidad y promover la formalización a través de la capacitación, el desarrollo de capacidades y la certificación, además de la legislación.

Fomenten la igualdad de género y consideren a las mujeres como agentes clave de cambio

Según la OIT (2022), existe un creciente consenso científico sobre el hecho de que el cambio climático genera efectos de género y exacerba desigualdades de género preexistentes en el mundo del trabajo. De este modo, deben adoptarse políticas y programas específicos de género a fin de promover resultados equitativos. Una transición justa y la promoción de la igualdad de género están vinculadas de manera intrínseca y se refuerzan mutuamente. La transición justa es crucial si se quiere logar una acción climática y una justicia social transformadoras de género.

Las políticas climáticas deben incluir medidas específicas a fin de apoyar a aquellas mujeres que experimentan formas de discriminación interseccional, tales como las trabajadoras del hogar, para asegurar que la acción por el clima no deje a nadie atrás y logre una transición justa para todos. Esto no solo minimizaría los riesgos sociales, económicos y ambientales y apoyaría una mayor inclusión, sino que también fortalecería los esfuerzos de mitigación y adaptación climáticas a través del empoderamiento de las trabajadoras del hogar mujeres como agentes clave de cambio.

Inviertan en el sector del cuidado

Invertir en el sector de cuidado es esencial para asegurar economías y sociedades más resilientes en un clima cambiante. Los sectores con mayoría de trabajadoras mujeres, como es el caso del sector del cuidado, continúa ofreciendo salarios magros, condiciones precarias de trabajo a menudo en contextos de informalidad, y peores condiciones de trabajo que aquellas de los sectores dominados por hombres. Las políticas de una transición justa deben considerar el papel clave de las trabajadoras del hogar en el sector de cuidado. De hecho, la demanda de servicios de cuidado y salud se intensifica debido al cambio y los desastres climáticos que llevarán a un aumento del tiempo que las mujeres dedicarán al cuidado no remunerado y exacerbarán la pobreza de recursos. Esto también podrá aumentar la demanda de servicios de cuidado, que suelen ser brindados por trabajadoras del hogar.

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