La pandemia de coronavirus es nuestro desafío común a través de las fronteras. Solo en la solidaridad lograremos combatirlo.
Detalles
Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar
Declaración sobre la protección de los derechos de las trabajadoras del hogar y la lucha contra la pandemia del coronavirus
El nuevo brote de enfermedad por coronavirus ha estado impactando todas las vidas durante más de 3 meses. Los trabajadores domésticos, al igual que otros trabajadores en la economía del cuidado, están en primera línea para mantener saludables a las familias y las comunidades. Sin embargo, también son más vulnerables ya que su propia salud y seguridad son ignoradas e incluso violadas.
Estamos profundamente preocupados e indignados al escuchar que los trabajadores domésticos en muchos de los países afectados están experimentando un aumento sustancial en la carga de trabajo para garantizar la limpieza y la higiene sin compensación por horas extras. No cuentan con equipos de protección cuando utilizan productos de limpieza que contienen sustancias químicas nocivas y desconocidas. Por lo tanto, los trabajadores domésticos están expuestos a un entorno de trabajo estresante y peligroso.
Hasta el día de hoy, los trabajadores domésticos en muchos países no disfrutan de licencia por enfermedad remunerada. No están protegidos por ninguna legislación nacional contra accidentes y lesiones en el lugar de trabajo. No les queda más remedio que aceptar estos riesgos para la salud mientras continúan trabajando. Hay trabajadoras del hogar que son despedidas sin previo aviso. Algunos empleadores lo hacen por razones financieras ya que pierden sus trabajos. Algunos lo hacen simplemente como chivos expiatorios, especialmente cuando los trabajadores domésticos son inmigrantes. Hay casos de trabajadores domésticos que se infectan en el trabajo después de que sus empleadores se hayan infectado. No está claro si podrán reclamar licencia por enfermedad u otro tipo de compensación.
Hoy, la pandemia sigue creciendo. Los gobiernos y las comunidades están probando diferentes opciones para combatirlo. Los trabajadores domésticos, que se cuentan por miles, protegen los hogares y cuidan a las personas mayores y a las personas con afecciones médicas crónicas. Su salud y seguridad deben protegerse y garantizarse para que formen parte de los esfuerzos comunitarios que luchan contra el virus. Hacemos un llamado a los gobiernos para que tomen medidas inmediatas para proteger los derechos de los trabajadores domésticos:
- Derecho a un lugar de trabajo seguro y libre de peligros: esto incluiría la provisión de equipos y medidas de protección y capacitación para usarlos adecuadamente. Los gobiernos deben garantizar que los trabajadores domésticos tengan el mismo acceso a las medidas de protección que cualquier otro trabajador y ciudadano.
- Derecho a licencia por enfermedad pagada y acceso a la atención médica: cuando los trabajadores domésticos están enfermos, deben quedarse en casa y estar cubiertos por una licencia por enfermedad pagada. Esto incluye a aquellos que están en cuarentena e infectados.
- Cobertura de los derechos de los trabajadores: En caso de despido, los trabajadores domésticos deben recibir su salario y todas las indemnizaciones de acuerdo con sus contratos y la ley.
- Derecho a la información: La información sobre la pandemia debe difundirse ampliamente en las comunidades, incluidas las de los migrantes. En particular, las medidas preventivas y de protección y la información deben estar en idiomas que los migrantes entiendan. Los trabajadores domésticos, incluidos los trabajadores domésticos migrantes, deben tener derecho a seguir las mismas instrucciones de seguridad que otros trabajadores y ciudadanos en general. Los empleadores deben garantizar estos derechos.
Además, los gobiernos deben estar atentos al compartir información precisa sobre cómo se propaga el virus y cómo se puede controlar. Las enfermedades pueden enfermar a cualquier persona sin importar su raza o etnia. Cualquier política y comportamiento racista o anti-inmigrante tiene que cesar.
