¿Quién cuida a los hijos de quienes cuidan a nuestros hijos?

Las trabajadoras del hogar sostienen hogares, familias, sociedades y economías enteras, proporcionando servicios de cuidado directos e indirectos. Sin embargo, aún soportan la carga de la subvaloración, la falta de reconocimiento y de protección. Paradójicamente, las mujeres que hacen posibles todos los demás trabajos son las que enfrentan las condiciones laborales y de vida más precarias dentro de la fuerza laboral del cuidado. Las trabajadoras del hogar son las mujeres que cuidan al mundo; pero, ¿quién cuida de ellas?

Nadie mejor que Ingrid Grant Smith, una trabajadora del hogar de Jamaica, para expresar lo que significa ser parte de los millones de mujeres que luchan día tras día por una vida mejor desde la invisibilidad y la injusticia:

"Como trabajadora del hogar en la economía del cuidado, trabajo todos los días de lunes a viernes. Cocino, limpio, lavo, plancho, cuido de las familias y sus hogares. Soy una trabajadora diligente, siempre llego puntual. Mi pregunta es: mientras cuidamos de otros y de sus hijos, ¿quién cuida de los nuestros?

Una tarde, en 2008, mientras trabajaba en la casa de mi empleador, recibí una llamada espantosa. Se trataba de mi hijo de 12 años. De camino a casa desde la escuela, sintió curiosidad por unos peces que había en un gran tanque de agua, según le contaron. Había otros niños allí, pero ningún padre o tutor para vigilarlos. Mi hijo se inclinó para ver los peces y cayó al tanque. Luchó y gritó pidiendo ayuda, pero no había ningún adulto cerca para ayudarlo. Se ahogó. Esa tarde, murió mi primer hijo. Cada vez que pienso en ello, siento como si hubiera sucedido hoy. El dolor es tan profundo que es algo de lo que no te recuperas. Pero tuve que seguir adelante y seguir trabajando, ya que aún tenía que cuidar de mis otros hijos.   

Como trabajadora del hogar, pido a los gobiernos de todo el mundo y de Jamaica que por favor proporcionen centros de cuidado infantil de calidad para que nuestros hijos puedan ir después de la escuela. Mientras cuidamos a sus hijos, necesitamos que nos ayuden a cuidar de los nuestros. ¡Inviertan en el cuidado! ¡Cuiden a quienes cuidan de ustedes!"

Las trabajadoras del hogar son cuidadoras remuneradas y tienen derecho al trabajo decente, como cualquier otro trabajador. Pero también son cuidadoras no remuneradas de sus propias familias y hogares, con necesidades de cuidado y derecho a acceder a servicios de cuidado público que les permitan salir a ganarse la vida sabiendo que sus hijos y familiares mayores están en un lugar seguro. En un mundo más justo y equitativo, hoy el hijo de Ingrid, Rajwayne Smith, sería un joven de 28 años, con toda una vida por delante.

El cuidado es un derecho humano y un bien público. Es hora de reconocer el valor económico y social del trabajo de cuidado y saldar una deuda histórica con las trabajadoras del hogar. Es hora de construir sociedades de cuidado que pongan a las personas en el centro. Es hora de la humanidad. Si realmente aspiramos a un mundo mejor, empecemos por cuidar a quienes nos cuidan.

¡Urge invertir en cuidado y garantizar la justicia social para las trabajadoras del hogar!

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